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jueves, 13 de abril de 2017

LA REVOLUCIÓN DEL AMOR




Cada época en la historia ha creído ser revolucionaria con respecto a la anterior, también en el amor.

Es más, creemos que cuánto más modernos más evolucionados en todo, más revolucionarios porque creemos que más libres para amar como "me da la gana" y lo "que me da la gana".



Pero la verdadera revolución del amor, el punto de inflexión en este y en todo tema que involucre a la persona sucedió hace ya 2000 años. Algo cambiaron para siempre esos tres días santos que estamos empezando a celebrar. 



¿Qué sucedió?



El Hijo de Dios hecho Hombre se hizo esclavo, obediente hasta la muerte y una muerte de Cruz. ¿Qué puede tener eso de "revolución"? ¡Mucho! 



Quiso, quiere hacernos los mejores líderes. Y más que palabras y maestrías técnicas lo que hizo fue ceñirse una toalla a la cintura y lavar los pies de sus discípulos. El Dueño y Señor de todo se puso a los pies de todos los pecadores. Y ese fue solo el inicio. Nos quiso (nos quiere) fuertes y valientes y se quedó como alimento, en la Eucaristía. Y con ello transformarnos día a día, de dentro hacia afuera, haciéndonos de su carne y de su sangre. Quiso que seamos felices y esos sólo se logra amando y siendo amados. "Claro que pueden amar y ser amados", "¡podrán!", dijo; "conmigo pueden". "No solo les doy ejemplo, me doy como fuente de sabiduría y gracia para que sepan cómo y puedan". Y ese amor transformó el mundo, se hizo la marca de nuestra familia espiritual y la entrada al Reino De Dios. Y como el cielo estaba cerrado para nosotros quiso abrirlo, reconciliarnos con el Padre y mostrarnos hasta dónde se puede amar: su Cruz bendita. 

¡Tu Cruz Señor!. El lugar de la única batalla liberadora, el lugar de las conquistas, de las victorias, de la entrega. ¡Qué precio tan grande el que tuviste que pagar y que pagas hasta hoy por mí!. El dueño de todo, despojado de todo. ¡Cuánto te he costado Señor!. ¿Tanto me amas? ¿Tanto, tanto me amas que cargaste sobre ti todo lo malo que hay y puede haber en mí y en cada uno, y te entregaste a la muerte?. Muriendo Tú, moría el pecado. Y de éste querías librarme. Y me sigues librando hasta hoy cada vez que te lo pido en ese otro lugar de amor, el confesionario.  Muriendo descendiste al lugar de los muertos para vencer a la misma muerte y al levantarte victorioso, vivo y resucitado, inauguraste también para mí la vida eterna. Merecía yo la muerte y ahora me haces merecedor de la vida eterna. Si eso no es verdadera revolución no sé qué otra cosa puede serlo.



¿Somos modernos?
¿Nos creemos hoy, en el siglo XXI revolucionarios del amor y de la libertad? ¿Liberados de cadenas y estereotipos porque creemos que podemos inventar valores, verdades, ideologías que se vuelven norma de vida y falsos dioses? ¿Porque creemos que podemos decir que lo que es falso ahora es verdadero y viceversa? ¿Porque jugamos a ser Dios con la vida, la naturaleza y el mundo? ¿De verdad lo creemos así? ¿No no damos cuenta que somos creaturas administradoras de todo lo creado y que fallamos casi al inicio de la creación en este encargo bendito? Si queremos ser mejores, crecer, reconciliarnos con nuestra naturaleza y "evolucionar", dando un salto en el mismo ser, hace falta ir tras el "pagaré" de nuestra redención, de nuestra transformación. Ese que Jesús ya ganó para nosotros. ¿Qué más revolución que ser amados por el que es el Amor? ¿Que ser liberados de nuestras taras, vicios, miedos e imperfecciones? ¿Qué mejor "revolución" que la de un Rey que se ciñe una corona de espinas y un siervo al que hacen rey gratuitamente?.



Hace dos mil años se nos dio una clase magistral sobre amor, libertad, sabiduría y evolución. Nada podrá jamás superarla. Y cuánto más modernos, libres, amados y amantes nos creamos y queramos ser, más cerca deberemos estar a este Modelo de revolución. 

¿Cómo me uno a esta revolución?

Está a la distancia de una oración, de una buena confesión. Y puedes asistir también tú a esa clase magistral de vida, de amor, de humanismo que se dio hace 2000. Se renueva hoy día. Cada día. En cada Eucaristía, en cada Sagrario. Y se recuerda en cada Cruz. ¡Bendita Cruz!.

¿Quieres respuestas?

Entra en la intimidad de tu corazón, a solas, con paz y frente a un crucifijo pregunta a este Rey crucificado por qué tanto amor, por qué tanta esperanza puesta en ti. Nunca deja una oración sin responder, y responde lo que más nos conviene y a su manera, que es la más perfecta. Decídete a oírle y no a oírte a ti mismo. ¿Quieres oírle y verle con los sentidos del alma? Pues "Bienaventurados los limpios de corazón, pues ellos verán a Dios". Tiene todas las respuestas. 

Estos días el Señor quiere mostrarte su revolución del Amor. Asiste a las celebraciones de estos días santos y déjate renovar y transformar por esta "revolución que es también evolución".


Feliz Triduo, feliz Pascua de Resurrección. Feliz porque vales la muerte y la vida de Dios.



Con amor fraterno
Hna. Antonella Sangio

lunes, 10 de abril de 2017

MISA CRISMAL



Estamos ya en la Semana Santa. Ayer conversábamos sobre la importancia de disponer el corazón para dejarnos conquistar por el amor de Dios y hacer que la sed que Jesús tiene de nosotros y por la que se subió a la Cruz de fruto abundante en cada uno, en muchos.
También yo quiero que esta Semana Santa sea la más especial hasta ahora para mí y se lo pido de todo corazón, más allá de mi pequeñez, al Corazón de Dios. Como parte de las actividades propuestas por la Iglesia para enriquecernos y recibir las gracias que quiere la Iglesia derramar en nosotros, está la celebración de la Misa Crismal, a la que asistí hoy con la ayuda de las hermanas. Esta Solemne celebración me ha movido a compartir con ustedes algunas ideas, esperando puedan mis pobres palabras transmitir las profundas vivencias del día de hoy. 
Empecemos entendiendo de qué se trata esta celebración.
"Me buscarán"
El Señor Jesús, poco antes de ser entregado, mejor dicho, de entregarse en manos de quienes le juzgarían y condenarían a muerte ignominiosa, quiso dejar "arregladas las cosas" para que sus amigos siguieran adelante en el Camino emprendido con Jesús. Como el más perfecto de los amigos, de los hermanos, de los padres... que sabe que va a partir para siempre, aprovechó los últimos momentos con los más cercanos para entregarles todo lo que podía dejarles, su herencia, hablando en términos humanos. Se dejó Él mismo: "me buscarán" les dijo. A la luz de la Pascua todo lo que la última noche dijo e hizo Jesús en este mundo, cobró un significado increíble. Para muestra un botón: la Institución de la Eucaristía. "Me buscarán" y ahí me encontrarán -les dijo y nos dice hoy también-, sentirán soledad, debilidad, miedo... ahí encontrarán respuestas y soluciones, porque ahí estoy Yo, no sólo para estar cerca, sino para "ser uno" con ustedes, para entrar en "comunión". Es un increíble Misterio de Amor que en la medida en la que nos acercamos a Él vamos entendiéndolo cada vez más. No podemos de una sola, nos sobrepasa. Este tema nos reunirá nuevamente el día jueves, cuando meditemos sobre la Eucaristía específicamente. Pero hoy nos adelantamos un poco en las celebraciones de ese día hablando de la misa Crismal. La celebración que reúne al Señor Obispo de cada diócesis con sus sacerdotes para renovar, entre otras cosas, sus promesas sacerdotales.

No habría Eucaristía en el mundo sin el Sacerdocio Ministerial. ¿Te has puesto a pensar en ello? Al Instituir la Eucaristía, consagró el Señor a los primeros sacerdotes y con ellos el Sacramento del Orden. Cada sacerdote, hoy en día, al ser ordenado se incardina, es decir se "inscribe" en una diócesis determinada (en una ciudad, en una zona geográfica determinada), para llevar a cabo su misión sacerdotal bajo el cuidado y la "gestión" de un obispo determinado. Recordemos que los obispos son los sucesores de los apóstoles y tienen la plenitud del Orden Sacerdotal. Una vez al año, el día en el que se celebra el Sacerdocio, - el día en el que se instituyó- el jueves santo, todos los sacerdotes y su Obispo, se reúnen en la Iglesia principal para celebrar el don recibido y para renovar sus promesas. Por razones  pastorales, se puede adelantar a uno de los días de la Semana Santa. Es una bella ceremonia y muy importante para la Iglesia Universal y sobre todo para cada sacerdote.

"¿Quieren unirse más fuertemente a Cristo y configurarse con Él, renunciando a ustedes mismos y reafirmando la promesa de cumplir los sagrados deberes que, por amor a Cristo, aceptaron gozosos el día de su ordenación para el servicio de la Iglesia?" Esta es la pregunta que el Obispo le hace a sus sacerdotes en un momento de la Celebración y a la que solemnemente responden todos juntos afirmativamente. ¿Se imaginan el momento?, ¿la fuerza y conmoción de ese instante? Aún más emocionante es el momento de la consagración, donde todos, desde sus lugares y extendiendo la mano derecha, pronuncian las palabras de la consagración a una sola voz.


Hoy en Alicante
La Catedral de San Nicolás, en Alicante, donde estoy viviendo ahora, estaba más bonita de lo  que usualmente está -y ya de por sí es una joya arquitectónica-. La liturgia exquisita, el coro  que parecía una pequeña sinfónica dando el mejor de sus conciertos, las palabras de Monseñor Jesús, el Obispo, tan sentidas y paternales, dirigidas- sobre todo- a animar a sus sacerdotes a la configuración con Cristo, hicieron que el momento sea reconocido como lo que es cada Misa, un anticipo del cielo, un encuentro con el Señor.
Una celebración con todo el pueblo de Dios
¿Por qué esta celebración tan sacerdotal está abierta a todos los fieles que quieran asistir? Yo creo que porque es súper importante celebrar con nuestros pastores el don de su sacerdocio, porque es importante rezar por ellos, por los que se están preparando para serlo, por aquellos que están siendo llamados, por los que están tentados, etc. Hoy en día, es más fácil oír hablar de los pecados de algunos sacerdotes que de la entrega silenciosa y fiel de la mayoría. En Pro Ecclesia Sancta he podido estar cerca, trabajar codo a codo con varios de nuestros sacerdotes y al estudiar en la Facultad de Teología, pude hacer grandes amigos curas, o diocesanos o miembros de otras congregaciones. Por esta cercanía puedo afirmar que la vida de un sacerdote, además de hermosa, es sumamente exigente. No se puede ser sacerdote, buen sacerdote, de los que responden a ese celo por las almas que el Señor despierta al llamarlos, sin la determinación de entregarse generosa y completamente al Señor con 
una renuncia a todo lo que es propio. Se pide de ellos que  no reclamen su vida para sí mismos, sino que la pongan a disposición de otro, de Cristo. Que no se pregunten: ¿Qué gano yo?, sino más bien: ¿Qué puedo dar yo por Él y también por los demás? No es sencillo y no se logra de la noche a la mañana, pero trabajan mucho para lograrlo, en medio de una vida en la que sus actos, sus decisiones, sus estudios, sus esfuerzos, etc, gira alrededor de su vocación de pastor. Recuerdo que un día conversando con uno de ellos me contó que quería complementar sus estudios con una licenciatura. Se decidió finalmente por determinado curso porque sabía que le ayudaría mucha más en el acompañamiento de los matrimonios con los que trabaja (ese fue su móvil principal). Y ese es uno de los ejemplos más simples.
Reza por los sacerdotes, por quien te confiesa, por el que celebra la misa a la que vas. Te cuento lo que yo hago para no olvidarme de rezar por el celebrante. Me lo recomendó un sacerdote. En el momento en el que comulga el padre, después de las palabras "Este es el Cordero de Dios...", aprovecho de pedir profundamente por las gracias que necesita el celebrante (y por alguno más, claro). Ya verás que en adelante seguro también lo harás, pues el verlo comulgar será un buen recordatorio. ¡La oración de intercesión es poderosa!.

También, en la misa Crismal
En la misa Crismal, y de ahí su nombre, también se consagra el Santo Crisma  -la materia sacramental con la cual son ungidos los nuevos bautizados, son signados los que reciben la confirmación y son ordenados los obispos y sacerdotes, entre otras funciones- y se bendicen además los restantes óleos o aceites (para los enfermos y lo que se van a bautizar). 

Por los dos Sacramentos que imprimen carácter, el bautismo y la confirmación, y en los que se nos unge con el Santo Crisma, participamos, también nosotros, aunque de otra manera, del sacerdocio de Cristo. Esta llamada a configurarnos con Él, a entregarnos por la salvación de las almas dentro de nuestra propia vocación, es también para ti y para mí. Es por eso que la celebración me fue aún más especial. Fue un recordatorio íntimo y gozoso. Los Sacramentos que se significan en estos óleos bendecidos, el poder del sacerdote que los hace posible y el inmenso Amor que movió al Señor a quedarse y obrar en ellos "hablan" y muy claro, en esta celebración.
Únete
En Lima la misa Crismal se celebra el jueves por la mañana (me parece que será a las 10:00am). Si estás en otra ciudad y quieres ir también será fácil averiguarlo. Si puedes únete a tan especial celebración; y si físicamente no puedes estar, eleva una oración por todos los sacerdotes de la Iglesia Universal. Uno de ellos una vez me dijo que más importante, incluso que su cumpleaños, es para él esta fecha del jueves santo y el día de su ordenación. Cariño, confianza, agradecimiento e incluso el mismo amor de Dios, pueden transmitirse en una respetuosa felicitación por su día. Cuánta falta hace familias que rezan por ellos, feligreses que cuidan de ellos, católicos que comulgan y defienden a sus pastores. En el mundo de hoy, muchos están acostumbrados a poner en tela de juicio cada actividad o actitud de nuestros sacerdotes. Es hora que nosotros hagamos por ellos lo que nos toca.
Bueno hermano (a) muy querido (a), ha sido para mí muy especial compartir mis sentimientos y reflexiones de este día. Ojalá te sirvan un poco. ¡Ánimo en esta semana especial! En medio de lo que te toca hacer y en el momento que has separado para el Señor, adéntrate en los Misterios a celebrar y camina con Jesús.
Que el Señor te bendiga. Y recuerda que todos, sacerdotes, religiosos y laicos, por el bautismo, hemos sido ungidos y llamados a ser buenos "administradores de los misterios de Dios" (1Co 4,1)

Unidos en el Corazón de Jesús
Hermana Antonella



domingo, 9 de abril de 2017

¡SIGAN A CRISTO! Que viene a salvarnos

DOMINGO DE RAMOS





Estamos hoy, Domingo de Ramos, en el pórtico de entrada a las celebraciones de la Semana Santa. Esta semana no nos debe dejar indiferentes. Y no se trata únicamente de una serie de celebraciones que rememoran acontecimientos especiales de hace miles de años. Es mucho más que eso. Se trata de vivir, intensamente,  lo más intensamente posible, todo aquello que Jesucristo, Nuestro Señor, el Hijo de Dios, vivió, vive cada año, es más, en cada misa, por nosotros, por mí y por ti, para pagar nuestras culpas, para reconciliarnos con Dios. Y nunca es demasiado tarde. ¿Quiéres ser de aquellos que acompañan a Jesús en sus pasos por el Misterio de su Muerte y Resurrección? ¡Puedes! Él te espera, es más, aunque parezca ilógico, por voluntad suya, te "necesita", se quiere dejar acompañar, consolar, ayudar por ti. Puedes tomar el lugar de uno de sus discípulos, de Juan, de Pedro, de los más cercanos; puedes consolarle en  la peor de las agonías, la que vivió en Getsemaní; puedes gritar que le eliges a Él y no a Barrabás en el juicio delante de Pilato; puedes también ofrecerte a ayudarle con la Cruz, antes que obliguen al Cireneo, haciendo tú de Cireneo voluntario y ganarte esa mirada de agradecimiento y de amor que debe haber convertido el corazón de ese buen hombre; puedes salirle al encuentro en su calle de la amargura, camino al Calvario, y como la Verónica enjugarle el rostro ensangrentado y agotado, dejándote Él su rostro bendito marcado para siempre en el corazón; y cómo no, puedes aprender algo de Nuestra Señora y perseverar como Ella y con Ella valientemente hasta el final, sin avergonzarte o asustarte de ser amigo suyo, y de pie a los pies de la Cruz, en acción de gracias, decirle al Señor ¡aquí estoy!.

Disponte, entrégate, concéntrate en lo verdaderamente importante estos días. 



Hoy únete a la muchedumbre que entusiasmada ve entrar a Jesús a Jerusalén, la ciudad santa, y grita fuerte con ellos: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey! (Mt 21,9). Tú sabes que lo es. En esos tiempos, en el primer domingo de ramos los entusiastas que le saludaban no entendían realmente a qué triunfo se dirigía el Señor. Tenían en sus corazones otras expectativas, superficiales, mundanas. Y nos pasa muchas veces también a nosotros, nos puede pasar. Jesús ese domingo se dejó saludar, cuando muchas otras veces calló incluso a los demonios que le reconocían como Mesía. "Sí soy yo", nos dice al dejarse recibir y alabar; soy quien viene a liberarte, el que siempre has esperado como respuesta a todas tus ansias. Pero esta liberación implica, exige cruz. Es el Misterio de nuestra Redención. Nuestra "cabeza", por así decirlo, tenía precio desde que se inauguró el pecado. Satanás, el padre de la mentira, la soberbia, la lujuria, la impureza, el desamor y de todos los pecados y los males de cada ser humano, le reclamaba a Dios lo que consideraba suyo. Los pecadores estábamos en sus manos -haz un rápido recuento de cuán larga es tu deuda con él (con Satanás)- . Y la manera de pagar era una, la muerte. El Señor ingresa a Jerusalén dispuesto a pagar esa deuda, sin reclamos, sin regateos; y vencer a la muerte que era nuestro castigo eterno, el que nos ganamos por justicia. Sólo Él podía, sólo Él puede. Entra dispuesto a darlo todo por todos y por cada uno. 


Un día de contrastes
El Domingo de Ramos es un día de aparentes contradicciones, de contrastes, un día agridulce. Y así lo muestra la Liturgia también. Hay dos evangelios, uno que se lee antes de ingresar al templo y que hace referencia a la entrada del Señor a Jerusalén, y el otro que es la lectura larga de la Pasión. Por eso se le conoce también como Domingo de la Pasión. La Gloria y la Cruz, juntas pedagógicamente en una misma conmemoración, para recordarnos que estas dos realidades están siempre presentes en el camino del cristiano, que al cielo se llega por la Cruz, que el sacrificio está siempre presente en la vida, hasta que lleguemos definitivamente al Reino Eterno que vino a instaurar el Hijo de Dios. 

Y hoy también le aclamamos diciendo "Hosanna al Hijo de David". El grito de "Hosanna" en la cultura judía, originariamente  significaba "ayúdanos". Esta súplica se fue transformando poco a poco en una exclamación de júbilo de un pueblo que confiaba en la respuesta de su Dios que mandaría al Mesías. Esta expresión es hoy para el cristiano una "exclamación que encierra múltiples sentimientos" ("Jesús de Nazaret": Benedicto XVI). Ya la Iglesia primitiva, en la celebración de la Eucaristía, antes de la comunión , exclamaba el Hosanna, junto con el "Maranatha", que significa: ¡Ven Señor Jesús!. Desde los inicios, el Domingo de Ramos nunca se consideró cosa del pasado. Hoy tampoco lo es.

Recorramos los pasos del Señor y preparemos nuestros corazones para recibir las innumerables gracias que quiere derramar sobre cada uno de nosotros. ¿La principal? EL RECONOCERNOS AMADOS HASTA EL EXTREMO POR EL SEÑOR. ¿Qué más puede anhelar un corazón? ¿Dónde más vamos a buscar respuestas, sabiduría, consuelo, felicidad, gozo, etc?

Pidamos, como señaló San Ignacio de Loyola en sus ejercicios espirituales, "conocimiento interno del amor de Dios, para más amarle y seguirle" y personalicemos nuestra semana santa. ¿Cómo? 


Algunas recomendaciones:
1. Vivamos intensamente cada celebración que la Iglesia propone: organízate de antemano. 
2. Hagamos una buena confesión
3. Dediquemos un tiempo cada día a reflexionar sobre todo lo que Jesús ha hecho "por ti", "por mí". 
4. Dentro de lo posible procuremos un silencio interior que nos ayude a vivir intensamente estos Misterios.
5. Llevemos con alegría la cruz de cada día, porque Él la lleva conmigo, Él ya pagó por ella. La cruz de la enfermedad, del sufrimiento interior, de la convivencia, de los problemas económicos, etc. Contigo y por ti Jesús. 



"Meditemos mucho hasta que se ablande nuestro corazón" (Santa Teresa de Ávila) y podamos luego decirle "si tú has hecho esto por mí yo quiero hacer esto otro por ti".

¡SIGÁMOSLE! ¡QUE VIENE A SALVARNOS! 

Unidos en la oración,
En el Corazón de Jesús.
Hna. Antonella Sangio.


PD: recomendaciones complementarias:
1. Lecturas que pueden ayudarte: "La Pasión del Señor" (Luis de la Palma); "Jesús de Nazaret"(Benedicto XVI), "Con Él" (Fulgencio Espa).
2. Buenas películas: Jesús de nazaret (Zefirelli); The Bible; María de Nazaret; AD.   
3. Páginas de internet: 
homilía Domingo de Ramos
La Pasión del Señor y la Santa Misa
Padre Santiago Martin. "Por ti, por mí"
Meditación del Pregón de Semana Santa
Meditación de la Pasión. Santo Cura de Ars
Homilía de Domingo de Ramos. Benedicto XVI
Homilía Domingo de Ramos. Monseñor Munilla.

lunes, 27 de marzo de 2017

YA BIEN ENTRADO EL 2017 y ¡en Cuaresma!

Queridos amigos:


YA BIEN ENTRADO EL 2017

Ya, por fin de vuelta. Los he echado de menos. Los primeros meses del año están dedicados (nosotros los religiosos de PES), a los ejercicios espirituales, a planificar pastoralmente el año que empieza y para reencontrarnos con las hermanas que vienen de diferentes fundaciones; lo mismo hacen los hermanos en sus propias comunidades. Como verán, son semanas intensas, de crecimiento espiritual -cargar baterías espirituales-, de integración y momentos de fraternidad y de planificación. Es por ello que pido sus oraciones para que sea el Espíritu del Señor quien hable, rija  y bendiga en cada uno de los momentos antes señalados.

UN AÑO NUEVO, UNA OPORTUNIDAD NUEVA
Tú también puedes mirar este año 2017 como una ocasión, una oportunidad para volver a empezar, o para empezar "mejor". Sabes, el cambio de año, si bien materialmente no sucede nada entre el minuto de las 23.59 del 31/12 y las 12:00 del 1/1 del siguiente año. Pero en nuestra mente, en nuestras emociones, se generan sensaciones de "nuevas oportunidades", y si se dan a ese nivel y ponemos todo de nuestra parte, sí que se pueden dar.

No necesariamente debe haber sido un mal año el anterior para querer  mejorar. Es lo más natural querer siempre algo mejor, está inscrito en nuestra naturaleza.

Entonces, ¡a ello! A poner todo lo que nos toca para que ya en el presente vayamos disfrutando de tantas oportunidades grandiosas y construyendo un futuro mejor, propio, para nuestros seres queridos y, cómo no, para aquellos que quizá ni conocemos, pero que se beneficiarán de nuestra contribución a gestar un mundo mejor,  ¡cuánta falta que hace!.

CUARESMA

Casi poco después de concluidas las fiestas de Navidad, pasadas algunas semanas, empieza el tiempo de Cuaresma. Sabemos que es un tiempo de preparación, de conversión, para encontrarnos de una manera especialísima con Nuestro Redentor en la Semana Santa y en las fiestas de Pascua. Es entonces el tiempo ideal para revisar y reajustar nuestro plan personal de crecimiento de este 2017.

¿POR DÓNDE EMPIEZO?
Conócete mejor y conoce hacia dónde quieres orientar tus pasos este año. Como te comenté anteriormente, no necesitas hacer grandes cambios de orientación para seguir adelante, pero sí que es importante TOMAR MEDIDAS CLARAS PARA SEGUIR POR BUEN CAMINO.

LO PRIMERO: ORGANIZA TU VIDA

Ten siempre en cuenta el fin último de tu vida. ¿Para qué hemos sido creados? definitívamente para un fin trascendente. Basta con parar y mirarnos interiormente para descubrir que me ponga el fin inmanente que me ponga y necesariamente, al alcanzarlo, me exigiré uno nuevo. Y eso no está mal.

Después de culminar los estudios pre universitarios con éxito mi siguiente meta será acabar la universidad, y luego un buen trabajo. Lo mismo en el ámbito afectivo. Después de conocer al muchacho -o la muchacha en el caso del varón- que me gusta, querré enamorarlo (a), luego conocernos aún mejor antes de dar el paso al noviazgo y así hasta el matrimonio para toda la vida (el mismo que tendrá sus propias metas). O cuando quieres el auto de tus sueños. Cuánto trabajas para alcanzarlo. todo esto es lícito, bueno o muy bueno según el caso. Pero como te señalé, son metas, incluso las más nobles, que, o abren paso a nuevas metas o son parte o camino de una meta mayor. Y aquí el punto al que quiero llegar.

Hay una sed de eternidad impresa en nuestro ser. el ¿"Y qué más"? es parte de nosotros, ¿a que sí? y esto se da porque hemos sido hechos por y para el Infinito, para el Eterno, es decir para el Señor de todas las cosas. Lo finito, lo temporal, serán siempre insuficientes. Por ello te invito a que el primer punto a tener en cuenta en esta revisión de tu Plan Personal es:


     1. Reflexionar sobre tu fin último. Los ejercicios espirituales de San Ignacio, que tantos santos han dado a la Iglesia y que siguen siendo momentos de encuentro y conversión a Dios para muchos (sacerdotes, religiosos (as) y laicos), empiezan sobre la base de esta reflexión: ¿cuál es mi fin último?, ¿mi principio y fundamento?. Tómate un tiempo para mirar y meditar tres cosas básicas:

¿Es Dios, verdaderamente, mi fin último? ¿Hacia Él oriento mis esfuerzos, mis amores, mis prioridades y mis metas? Si la respuesta es afirmativa, pasa a las siguientes preguntas y tendrás ideas más claras de aquello que esperas este 2017. Si no lo tienes muy claro es el momento indicado de tomar medidas para acercarte y dejarte conquistar por el Señor Dios. Es que no hay pierde con esto, ¡al contrario! No hay verdadera paz y libertad más honda que en una vida con Él, no exenta de pruebas y sufrimiento, claro está, pero con la mejor de las compañías, con Aquel que es Fortaleza, Luz, Sabiduría Eterna, Consuelo y mucho más. me preguntarás, ¿Y cómo me acerco? Con confianza y ¡Ya!. Sin perder tiempo:

a) Hoy: date un tiempo ad hoc, busca el mejor silencio que puedas lograr, Ponte en presencia de Dios -invocalo-,  Él jamás nos "planta" en una cita. ¿Sabes cómo invocarlo? haz una profunda señal de la cruz: "En el nombre del Padre, del Hijo, del espíritu Santo..." la Trinidad invadirá tu corazón y la habitación en la que estés, más allá de si crees o no que es así, pero si lo crees la obra en ti será maravillosa.  Ya con Él, háblale y pídele cercarte, convertirte, tenerle en tu vida; y bueno todo aquello que solo en la intimidad con dios se puede decir. Pero ¡Hoy! No lo pospongas. Es en el hoy de cada día en el que debemos acercarnos a Jesús.
b) El domingo: ve a misa, confiésate y comulga. La Eucaristía es la presencia física de Jesús aquí en la tierra. ¡Física! le puedes ver, tocar, sentir y poseer con los ojos de la fe. Y con Él en ti "todo lo vas a poder", lo primero, empezar a caminar en la Luz.
c) En cuanto puedas en el año: participa de alguna actividad que tenga como objetivo la conversión. un retiro, un encuentro, una peregrinación. es un espacio personal, íntimo, para verte y para Verlo. Hay muchos de estos espacios. En tu parroquia o Movimiento por ejemplo.

Te ofrezco lo que tengo pero no es lo único ni lo mejor que la Iglesia Universal ofrece. Si estás en Lima pregunta en la sede de Avanzada Católica (entra al Facebook), en el Santuario del Sagrado Corazón en Surco o en la Parroquia de San Pablo y Nuestra Señora del Carmen en Breña. Si estás en otra provincia del Perú, e California, Minnesota, Madrid, Guayaquil o Alicante tendrás información de los Programas de conversión en el mismo facebook al que hice referencia.

    2. Evalúa el 2016: Haz una lista positiva y a la vez objetiva, es decir real, de lo que haz logrado el año pasado. Ahí que estén presentes todos los aspectos de tu vida: logros afectivos, virtudes, estudios, trabajo, apostolados, materiales, físicos, etc. Luego haz una lista de aquello que te propusiste pero quedo inconcluso o en el aire y finalmente señala aquello que consideras fue un retroceso (pero sin "machacarte". No sirve de nada.

   3. Prioriza y trázate un plan 2017: son muchas las metas que queremos alcanzar, sobre todo cuando nos detenemos a analizar nuestra vida con esperanza y entusiasmo. pero seamos objetivos y realistas siempre. Ni muy soñador ni poco exigente. Es importante soñar y entusiasmarse pero priorizando y reconociendo mis posibilidades. Podemos empezar por concluir o completar aquello que quedó inconclusos si es que lo seguimos considerando importante. Por ejemplo un idioma que no terminé de estudiar y lo considero importante para un ascenso. Así en cada aspecto de tu persona.

Este plan puede visualizarse en una línea del tiempo; pueden marcarse objetivos y estrategias para cada meta (no muchas para no fracasar) y debe luego revisarse con aquella persona que te guía espiritualmente y con tu esposo (a) de ser el caso. Esto porque solos no podemos.

Tendríamos mucho más que decir al respecto pero ya me he extendido mucho. Si así lo requieren podemos dar más pautas sobre el examen del año que pasó y el plan personal. Pero esto lo veríamos en el siguiente tema de ser requerido.
!

Que Dios te bendiga y me alegra que retomemos nuestros encuentros nuevamente.
un abrazo en el Corazón de Jesús,
Hermana Antonella.




sábado, 24 de diciembre de 2016

UNA ORACIÓN PERSONAL ANTES DE NOCHEBUENA







UNA ORACIÓN ANTES DE NOCHEBUENA

Ya a poca horas de la Navidad nos estaremos preguntando qué más hacer para disponernos mejor o cómo recuperar el tiempo perdido si es que el Adviento no fue aprovechado lo suficiente.

Siempre podemos amar un poquito más o un poquito mejor, y en este caso, una buena oración o más interiorización serán de gran ayuda para adentrarnos en el Misterio.

Lo que te aconsejo es lo que a mí me ayuda. Mirar lo que dice el Evangelio sobre la Solemnidad a celebrar e intentar identificarnos con los personajes principales.

Pero no a manera de estudio o repaso de acontecimientos pasados, sino insertándose en la historia que se hace presente e intensificando el diálogo con Nuestro Señor y con los protagonistas de estos acontecimientos. Hagamos hoy una oración silenciosa y sencilla, de todo corazón; frente al Belén será mejor. Tómate el tiempo necesario.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.


Señor mío, ahora que  ya estoy "ad portas" de la Navidad quiero adentrarme en el Misterio para reconocerte Señor. Están ya José y  María llegando a la ciudad de Belén.. ¡Qué semana nos ha propuesto la liturgia como preparación! ¡Qué personajes!, ¡Qué vocaciones! Zacarías, el sacerdote esposo de Isabel, que recibió el mensaje del ángel de que tendría un hijo en la vejez y que éste sería grato a los ojos de Dios preparando la llegada del Mesías, representa, con por sus dudas, mis momentos de flaqueza, de autosuficiencia, de orgullosa pseuda sabiduría. Puedo ser una persona de fe, como él, pero una fe débil. Cuánto debe haberle servido el silencio que fue la penitencia que le impuso el ángel a su incredulidad. Que aprenda, Señor mío, que la mejor manera de comprender tu Mistero, tus designios y tu voluntad es con el silencio con la oración, la meditación y la interiorización. ¡Cuánto huyo a veces de ellas y busco consuelo o explicaciones humanas, cuando son más sabias, reconfortantes  y prudentes  tus palabras, tus inspiraciones y tu gracia. ¿E Isabel?, bendecida en la vejez. Es que tus tiempos no son los nuestros. Ella fue la feliz confirmación de grandes Misterios para María cuando llegó solícita a visitar a su prima. ¡Ah mi Dios! Que pueda también yo reconocer en otros tus bendiciones, y que pueda ayudarte a ser confirmación de tu voluntad y de tu amor para otros. Ayúdame a ser fiel a tus gracias actuales, oh Señor. Para ti no hay nada imposible, interiorizó María al ver a Isabel y su alegría fue grande al escuchar su saludo. Llamó bendita a la más bendita y proclamó su alegría la más humilde de todas. Santa Madre ayúdame a reconocer en tu virtud, tu fortalece y tu respuesta pronta a Dios lo que debo procurar a tiempo y destiempo en mi vida. Isabel debe haber sido consejera y ayuda para tu joven Madre, Señor, en esos tiempos de emoción y conmoción a la vez. Y fue en ella en quien la joven Madre volcó todas sus ansias de servicio y amor. ¡Cuánto habrán charlado!, qué palabras sencillas pero profundas en las que escrutaron las profecías y promesas de Dios que se venían cumpliendo en ellas y a través de ellas. A veces miramos a estos protagonistas de tu llegada como personas programadas para cumplir tus designios sí o sí, sin miedos ni dudas. Qué injusta Señor el restarles mérito. ¡Son seres humanos como todos nosotros! Cuántos temores, cuánto desconcierto y a la vez cuántos actos de fe y de esperanza se pueden reconocer ahora que los veo. Que pueda yo también y que sepa confiar en quien sea la persona indicada (mi guía espiritual, en una consagrada, en un sacerdote), mis vicisitudes espirituales . 



¡Ah Madre mía! ¡Alégrate! Que pueda yo alegrarme también al reconocer la Buena Nueva. Ese fue el fruto principal de la llegada de tu Hijo esta Navidad. Te alegraste tú, se alegró José, se alegraron los Magos...que nos alegremos todos los que con humildad celebremos hoy y mañana la Navidad.

¡El Señor está contigo! te escogió, te adornó con las principales virtudes, te cuidó. Pero no te ató de manos para que no elijas por tí misma. Y lo elegiste a Él, elegiste cumplir su voluntad.Supiste administrar con  sencillez las gracias que se derramaron sobre ti.
¡Concebirás! te dijo el ángel expectante junto con todo el coro  angélico. ¿Cómo? ¡No dudaste! Preguntaste con la naturalidad de quien suele cultivar una vida sobrenatural; ¿Estabas habituada al Misterio? Yo creo que sí. 
¡Porque para Dios no hay nada imposible! Cómo te marcaron aquellas palabras. Cómo me ayudan a mí también. 
Pero tal vez no lo suficiente para suplicar con más fe, para esperar con más confianza, para amar con más fuerza. ¡Cuántas cosas te deben haber sobrepasado en la vida, pero no retrocediste. Confiabas en que para Dios nada es imposible

¡Hágase en mí, también, Señor! Que se cumpla tu voluntad. Que se alegren los cielos por el sí de otros muchos que quieren seguirte. Desde ese sí inicial de tu Santa Madre que alegró a los ángeles en el cielo y que permitió al Espíritu Santo obrar el milagro de la Encarnación, son posibles los otros sí sinceros de quienes te buscamos y te seguimos, no sin miedo y con debilidad, pero con la ilusión de colaborar un poquito en tu plan redentor y en nosotros mismos. 


¡José! El bueno, el grande que supo posponerse y dejarte brillar a ti Señor, José tu protector, de quien aprendiste tanto.  ¡José!. Quien en un principio, al enterarse de lo sucedido en María no se sintió digno de ser parte de tan gran proyecto. Seguro que fue así, Señor. El evangelio proclama sin detalle que decidió repudiarla en secreto, es decir, que la dejaba sin acusarla. Sabías José que no había pecado en ese Misterio. ¿Quién puede sentirse digno de asociarse al plan del Todopoderoso? Ni Zacarías, ni Isabel, ni María misma. Esa es tu forma de actuar, Señor, ahí radica la verdadera grandeza y riqueza, en lo pequeño, en lo sencillo y transparente. Quiero ser como tú José. Que Dios pueda contar conmigo como contó contigo. Es que ni siquiera te preguntó si querías, lo daba por hecho, conocía tu noble corazón y se apoyó en ti para confiarte sus tesoros. Resolvió tu miedo, producto de tu humildad, "mientras pensabas en estas cosas", como señala Mateo en el Evangelio: "No temas tomar a María como esposa..." Tú le darías el nombre a Jesús, tú lo harías Hijo de David, a través de ti se cumplía la promesa al Rey David y al Pueblo de Israel. Cuando despertaste del sueño hiciste lo que te dijo el ángel. De inmediato, sin conversar con la voluntad de Dios, sin medir fuerzas, sin hacer balance de pros y contras. ¡Ah qué distinto a como obramos hoy en día! Ayúdeme también tú, buen y justo San José. Que Dios pueda siempre contar conmigo, aunque diste mucho  mi sencillez de  asemejarse a la tuya. 


Señor, qué increíble tu manera de obrar en aquellos a quienes asociaste a tu plan de Salvación en el inicio de tu vida en este mundo. ¡Cuántas gracias derramadas! ¡Cuánta confianza! ¡Cuánta virtud de tus siervos! Quiero serte fiel, quiero que cuentes conmigo, quiero amarte valientemente, sin titubeos, ni dudas acerca de tu amor. Que recuerde el ejemplo de estos amigos tuyos y que cuando mi fe titubee la alegría y la esperanza de la Navidad encienda mi corazón, ilumine mi mente y fortalezca mi voluntad. 


Este año con tu auxilio y la intercesión y ejemplo de Zacarías, Isabel, José y sobre todo María viviremos de manera más profunda y gozosa el Misterio de tu llegada al mundo.

Bendícenos Corazón de Jesús, no tengas en cuenta nuestras faltas y nuestras debilidad y recibe la ofrenda de nuestras vidas.

¡Feliz Navidad! Que el amor y la alabanza de todos tus fieles te de la Gloria que te mereces. Hoy en la Santa Misa te daremos el único regalo que realmente podemos darte: la comunión contigo.

Amén.

Que sea la oración la mejor preparación para la Santa Misa. 
¡Una Feliz Nochebuena y una aún más feliz Navidad!

Con el cariño de siempre
Hermana Antonella Sangio

Gracias por sus tan amables saludos de estos días. 

miércoles, 14 de diciembre de 2016

¡LA AMNESIA DE PAPÁ NOEL!. Capítulo 3





CAPÍTULO 3: 

Papa Noel empieza a recordar algunas cosas de su pasado, un capítulo impactante que nos llevará casi al gran final. 

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CLICK AQUÍ: CAPITULO 3


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Hermana Antonella Sangio

COMENTARIO DEL EVANGELIO. Cuarto domingo de Adviento. 18 de diciembre




Cuarto Domingo de Adviento

Junto con la Santísima Virgen María, el tiempo de Adviento nos lleva a meditar sobre la figura de San José. Al igual que los grandes personajes de la Sagrada Escritura, su vida no fue fácil. ¡Custodio en la tierra del Hijo de Dios! Al igual que su esposa, era consciente del cumplimiento de las promesas, pero no del modo en el que se realizarían. Y, sin embargo, vive una vida de fe, de laboriosidad, de valentía y de prudencia. Enseña al pequeño Jesús a orar, a trabajar, a conocer las tradiciones del Israel antiguo. Combatió la tentación de la duda, del desaliento, pero quizás, principalmente del miedo: como explica Santo Tomás de Aquino, del miedo de no estar a la altura de la misión que se le encomienda.


Así como San José, debemos también recorrer un camino de fe, que se traduce en fidelidad a la misión que Dios nos encomienda. Pueden venir las tentaciones, pero la Palabra de Dios es fiel y no existirá prueba por encima de nuestras fuerzas. Así como Él, dispongámonos a la escucha de la voluntad del Señor y realicemos en nuestra vida el ideal de la santidad, único camino para una felicidad plena