CREO EN LA RESURRECCIÓN:
TEXTO DOMINICAL TIEMPO ORDINARIO XXXII
Domingo 6 de Noviembre
Queridos hermanos:
Hoy, la liturgia de la Palabra
nos invita a reflexionar sobre la Resurrección.
Después de la muerte, el alma
permanece ya sea en el cielo, el purgatorio o el infierno; y el cuerpo se corrompe
en espera de la Resurrección en el último día. Resucitar significa que, en el
Juicio Final, nuestros cuerpos mortales volverán a la vida y se unirán a
nuestra alma inmortal. Esto es lo que profesamos en el Credo al decir “creo en la
resurrección de la carne” o “en la resurrección de los muertos”.
La resurrección es una verdad de
fe esencial y está ligada a dos elementos muy importantes. El primero: a la
existencia de un solo Dios, Creador del hombre entero, alma y cuerpo. Los
cristianos, por eso, tenemos un gran respeto por el cuerpo y por la sepultura
de nuestros difuntos.
El segundo elemento consiste en que
Jesús ha dicho de Sí mismo: "Yo soy la resurrección y la vida" (Juan
11, 25). Por Cristo, con Él y en Él, que venció el pecado y la muerte en la
cruz, somos “hijos de Dios y participamos de la resurrección para la gloria”
(cf. Lucas 20, 36). Por tanto, la vida eterna siempre está ligada a la amistad
con Jesús.
Cómo resucitaremos sobrepasa nuestro
entendimiento; no es accesible más que en la fe. Todas las respuestas al respecto
las tenemos en Cristo Resucitado y lo que dicen las Escrituras de ello: por
ejemplo, tendrá su cuerpo, pero diferente en algo, aunque parezca
contradictorio (¿recuerdan que en un primer momento María Magdalena lo confunde
con el hortelano?); podrá alimentarse como lo hacemos ahora (pidió de comer
para demostrar que estaba vivo); etc. La Santa Misa es la experiencia que más
nos acerca a este Misterio porque todo nuestro ser participa de la comunión con
Dios. ¡Pensemos en la gloria que nos espera! ¡No olvidemos nuestro destino!
Miremos hasta dónde podríamos llegar con la ayuda de la gracia. “El Señor, que
es fiel, nos dará fuerzas…” (2 Tesalonicenses 3,3).
Resucitarás un día para no morir
más.
¡Creo en la Resurrección de la carne!.
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